Oye idiota solemne,
oh tu!
mi enemigo interno,
tan creido y engreido,
violento y asesino,
patético,
que has perdido
tu buen humor
y tu buena salud!
Sufres, sufres,
cristiano,
haciendo sufrir a tantos,
pues no reconoces
ni te arrepientes,
porque no sueltas la mano
que te lleva hasta tu muerte.
Yetrox
12 de mayo 2007.